Cuando un libro impone

Lo confieso. En lo que va del año he leído muy poco y en parte por ello tengo tres libros comenzados en este momento. 

La falta de lectura en los últimos meses se debe a varios factores y hay muchos libros que tengo pendientes. Entre ellos hay uno de José Emilio Pacheco, uno de Joe Hill, y un par de Stephen King, uno de estos últimos es de esos que por el solo tamaño impone, pero que pese a ello desde hace mucho tiempo tengo ganas de leer: It (Eso).

Mi hermana está leyendo ‘It’ desde hace varias semanas, y bromeamos al respecto de que si King no lograba hacer que la historia diera miedo, si lo había logrado con las 1504 páginas de historia. Desde luego, un libro no podemos calificarlo por el número de páginas y lo importante siempre será la historia que cuenta y la forma en la que lo hace, pero ‘It’ si impone por el tamaño.

Es un hecho que lo leeré pronto -al menos, eso espero-, vaya, no lo compré para dejarlo envuelto toda la vida aunque insisto, el tamaño del libro impone. En ese sentido me parece que solamente hay otro libro que pese a estar en casa no he leído por lo imponente que se ve: El Conde de Montecristo de Alejandro Dumas.

En su momento, 'El Resplandor', también de Stephen King me pareció imponente con sus 688 páginas. Tras haberlo terminado, debo decir que me agradó mucho y que es uno de los mejores libros que he leído en los años recientes.